geología

El ópalo melinita

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Biologramer

  • 24 diciembre, 2022
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  • 3 min de lectura
Ópalo melinita.

En este artículo explicaremos lo que es el ópalo melinita. ¡Vamos allá!

El cuarzo en nuestra planeta

El cuarzo uno de los minerales más comunes en la corteza terrestre dándose prácticamente en todos los ambientes petrogénicos. De hecho, si se toma de manera individual podríamos decir que es el mineral más abundante si bien es cierto que en su conjunto hay un grupo de minerales que le supera en abundancia como son los feldespatos.

Pero el cuarzo no solo resalta por su abundancia sino también por su variabilidad pudiendo encontrar numerosísimas variedades como la amatista, el cuarzo rosa, el cuarzo citrino, el jacinto de Compostela, el ágata o la calcedonia entre otros.

Es un mineral con diversos usos como construcción de filtros, en industrias como la de la cerámica, vidrio u óptica o también es parte de aparatos digitales y de precisión debido a sus propiedades piezoeléctricas. Además, algunas variedades como la amatista o el ojo de tigre se utilizan como gemas en joyería.

El ópalo

Otra de las variedades del cuarzo es el ópalo la cual es muy distinguida en el mundo de la joyería su pureza y su capacidad de irradiación de la luz. Tradicionalmente se ha considerado al ópalo un mineral ya que en su paragénesis ha estado muy asociado a la calcedonia, pero desde un punto de vista estrictamente mineralógico no podríamos considerarlo un mineral ya que al estar formado por mineral silíceo amorfo carece de estructura cristalina la cual es una de las condiciones científicas que no debe faltar para considerar a algo como mineral.

El ópalo suele aparecer en distintos tipos de roca por procesos hidrotermales y en rocas sedimentarias aparece por procesos diagenéticos siendo un gran elemento fosilizador, tanto que en algunas variedades de ópalo fosilizan restos de vegetales (xilópalo) o caparazones de animales marinos de carácter silíceo como los radiolarios o las diatomeas.

El ópalo es la única gema conocida capaz de reflectar los rayos de la luz y descomponerlos en los colores del arcoíris por lo que esta característica ha hecho que desde siempre haya sido una gema muy apreciada. Además, independientemente de su calidad y de su capacidad de irradiación existen incontables variedades de ópalo pudiendo encontrar el ópalo en colores gris, blanco, marrón, púrpura, amarillo, naranja, verde o incluso incoloro. El ópalo puro es de color transparente o lechoso pudiendo otros minerales darles un color distinto como es el caso de la presencia de óxidos de hierro que darán al ópalo un tono amarillo – pardo. Pero no es menos cierto, que el color del ópalo principalmente va a estar debido a los juegos de luz provocados por la estratificación del material que provoca interferencias y da ese aspecto nacarado.

El ópalo melinita

Vamos a hablar ahora de una variedad de ópalo un tanto singular y poco conocido: el ópalo melinita. Son piedras blanquecinas de formas caprichosas, esféricas o aplanadas producidas por la precipitación de gravas y arenas en material silíceo soliendo estar muy asociados a las diatomitas o tierra de diatomeas que son rocas sedimentarias silíceas formadas por microfósiles de diatomeas las cuales son algas unicelulares con un esqueleto siliceo denominado frústula. Este material suele presentarse en sedimentos marinos o lacustres de aguas poco profundas siendo habituales en sedimentos del mioceno superior.

El ópalo melinita suele estar formado por un núcleo opalino recubierto que esta recubierto por la tierra de diatomeas. Si se elimina dicha capa exterior nos quedaremos con el ópalo, el cual tiene un color parecido al sílex, el cual es “primo hermano” del ópalo.

Estas curiosas formaciones suelen aparecer en muchos yacimientos arqueológicos y una de sus formas más comunes es el de algunas esferas unidas, que en ocasiones puede recordar al de una figura humana por lo que se les ha denominado “idolillos”, llegándolos a interpretar como elementos simbólicos en yacimientos humanos de la Edad del bronce en el sureste penínsular. No se sabe si tenían una función utilitaria o esotérica, pero algunos estudios afirman que llegaron a ser utilizados como fichas de juego en la época ibérica y romana.

En el sureste español, conretamente en Agramón (Albacete) se les ha llamado “bolas de camaretas” y concretamente en las cercanías del embalse del Camarillas encontramos largas extensiones de diatomitas intercaladas con material margoso donde podemos hallar a miles estos singulares minerales. En algunas de ellas como podemos observar en las siguientes imágenes incluso podemos hallar fósiles de pequeños moluscos como las Turritelas.

Fuentes